La semana pasada compartí con ustedes cinco consejos para alentar a los hijos a comer más verduras. Si bien es bien importante saber lo que puede hacer en este sentido, también es importante estar al tanto de algunos de los obstáculos más comunes que pueden frustrar sus esfuerzos. Créanme, me he sorprendido cometiendo algunos de estos errores más de una vez. Pero como padres, debemos estar conscientes que también nosotros estamos aprendiendo. El primer paso es estar consciente de qué hacer y qué NO hacer, ¡luego lo que sigue es practicar y practicar! A continuación, pongo algunas de las cosas que es bueno evitar:
Negociar
«Si comes tus vegetales, te regalo esto.» O, «Si comes tus vegetales puedes servirte más pasta». No funciona. En la mente del niño, esto le da un mayor valor a la golosina o la pasta, o lo que sea con lo que lo quieres sobornar. Mantengamos toda la comida en el mismo plano. Si la pones sobre la mesa, ya has comunicado que lo apruebas. Después de eso hay que dejar que los niños escojan lo que quieren comer y cuánto. A veces incluso pongo una porción de postre para cada uno en la mesa junto con todo lo demás. Hay veces que los niños deciden empezar por el postre (y todavía comen su comida), y algunas veces lo guardan para después.
Premiar
«¡Muy bién, sacaste una A! ¨¡Te felicito hijo, limpiaste tu habitación!» «¡Ganaste el partido de fútbol! ¡Vamos por helado! Tal vez la victoria, o la sensación del logro es ya una recompensa en sí misma. Si la celebración de dichos momentos es importante para ti, piensa en celebraciones que no tengan que ver con comida. Las mejores experiencias son las que se tienen junto con los hijos, como: una caminata a un lugar especial, la visita a un museo, ir al cine. La comida como premio aún prevalece en nuestra sociedad; cuando se convierte en hábito pueden ser difícil de romper.
Obligar
«No puedes levantarte de la mesa hasta que no termines toda tu comida». ¿Hay alguien a quien hayan criado así? Hay un par de problemas aquí. Una es que el padre está anulando la sensación del niño de sus señales internas. Si se siente lleno y no ha terminado de comer sus guisantes, queremos reconocerle su buen sentido de dejar de comer cuando su cuerpo le dice que lo haga. Es importante que los niños conserven esta capacidad y reconozcan la saciedad, esa sensación de plenitud. Si le preocupa que solo comió dos bocados de la cena, no lo haga. Experimentará las consecuencias naturales media hora más tarde cuando tenga hambre, pero la hora de la comida habrá terminado y la cocina estará cerrada. Con suerte, aprenderá con el tiempo a comer lo suficiente en las comidas. El otro problema es que crea una lucha de poder. Obligar a los niños a comer algo a menudo se encuentra con más resistencia, ¡así que ahorre energía!
Decirles a los niños que no les gustan las verduras.
Lo escucho seguido. En mi consultorio, le pregunto a un niño si le gustan los vegetales, ellos entonces voltean a ver a su mamá quien responde, «no, no te gusta eso». Las preferencias de los niños no son inamovibles, pueden cambiar. De hecho, la fluidez de lo que les gusta y lo que no les gusta puede ser una fuente de frustración para los padres. ¿Alguna vez tu hijo ha venido a casa y te ha contado que les fascinó algo que le sirvieron de comer en otro lugar? Y pensaste, “Fácil, ¿eso lo puedo hacer yo” y se lo preparaste con amor solo para que tu hijo lo acabe ignorando por completo? Las preferencias de los niños cambian constantemente, esta es una razón por la cual es importante ofrecer una buena variedad de alimentos, incluso docenas de veces. Dejémosles decidir lo que les gusta y lo que no por ellos mismos, sin que les digamos. Lo que yo hago es animar a mis hijos a mantener la mente abierta. A veces lo hago usando este hecho divertido: las células que componen nuestras papilas gustativas cambian constantemente (mueren y son reemplazadas por células nuevas cada 10-20 días), ¡así que es como tener una nueva lengua! «Tal vez a tu nueva lengua le gusten los espárragos la próxima vez que la pruebes, ¡así que asegúrate de probar nuevos alimentos e incluso alimentos que ya has probado antes y que no te gustaron mucho!»
Si alguna vez has cometido alguno de estos errores, no te preocupes, todos hemos pasado por lo mismo. Yo que sé estas cosas, todavía tengo que hacer un esfuerzo para evitar caer en estas trampas. Si esto sucede, simplemente continúa y vuelve a comprometerte con lo que sabemos funciona mejor: ¡ofrecer, ofrecer, ofrecer, no presionar, dar el ejemplo y planear variedad de actividades que resulten divertidas y que sean relacionadas con los alimentos!